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Lo más habitual es adquirir un ventilador con tres potencias, ya que nos permite repartir la cantidad de aire que queremos recibir. Es el número de potencias que se aconseja para una habitación media, aunque podremos hallar ventiladores con una amplia variedad de potencias. Si optamos por ventiladores demasiado potentes para estancias pequeñísimas, puede que nos resulte incómodo, en tanto que el aire que genera puede ser muy superior al requerido, aun utilizando las potencias más bajas.
Un ventilador no puede reducir la temperatura ambiente, mas asegura, debido a la recirculación de aire, una mayor sensación de lozanía.
Aumentar la temperatura en el termostato ahorra todavía más energía. Por cada grado centígrado que la temperatura en el termostato sube por encima de 25°C en verano, se puede lograr un ahorro de energía de entre el 9 por ciento y el doce por cien . Evidentemente, asimismo hay que tener en consideración el consumo de energía de los ventiladores. Por consiguiente, si los ventiladores permiten un punto de ajuste del termostato de 29°C en vez de 24°C, por poner un ejemplo, el ahorro neto es de por cien .
En el modo perfecto verano, que es el modo que por defecto tienen todos y cada uno de los ventiladores,las aspas marchan girando hacia la izquierda, o sea, el sentido contrario de las agujas del reloj, llevando el aire caliente cara el techo.
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La medida más eficaz del ventilador puede no coincidir con el área anatómico de ahí fuera. Los ventiladores que manejan el aire de escape de temperatura excesiva han de estar hechos de suministros y piezas resistentes a las elevadas temperaturas. no son convenientes para el flujo de aire de escape nativo porque no presentan suficiente succión para atraer el aire a través del sistema.